Es un ensayo solitario [Libre]

Llevaba mucho tiempo sin hacer deporte por un esguince que había tenido hace dos semanas. El dolor ya había desaparecido y andaba sin problemas. Ahora solo me hacía falta saber si dolía cuando hacía deporte así que decidí ir aquella mañana a la sala de baile.

Era un sábado a la mañana y los auditorios de actividades siempre estaban abiertas para cualquier alumno. Pocos entraban en la sala de baile, no era muy popular estar bailando allí y menos un sábado a la mañana. Hacía sol y calor así que lo más probable es que la gente se hubiera ido a la playa. Me levanté de la cama, desayuné, me vestí con un chándal corto y fui a la sala de baile.

Al entrar me di cuenta, como esperaba, que no había nadie, así que me dirigí al equipo de música y puse una canción para bailar una coreografía que me inventaba sobre la marcha. Siempre había sido de bailar según escuchaba la canción, no antes. Tenía el espejo delante y solo miraba como se reflejaba mi silueta en ella. De repente me di cuenta que alguien ya estaba detrás de mi mirándome, había entrado por la puerta que tenía dando la espalda y ni si quera me había dado cuenta.